Reflexiones en verano…

Con las puertas del horno del verano ya completamente abiertas, con las maletas llenas aunque sólo sea de ilusiones, y buscando, cada cual a su manera, una forma de recuperar el aliento, ya sea con la familia, en algún paraje apartado o entre amigos, es un buen momento para valorar los esfuerzos y logros que nos han llevado  hasta este nuevo periodo de vacaciones. Y desde esta página, Viena Capellanes quiere hacer público su agradecimiento a los ya más de 1000 seguidores en Facebook desde que entramos a formar parte de esta red social en Internet.

 

Resulta interesante plantearse cuántas personas de nuestro entorno, incluidos los de mayor edad, podrían haberse quedado indiferentes. Más o menos todos asumimos que se trata de un dato sin demasiada relevancia porque Facebook es ya una parte inseparable de nuestro día a día. Pero maravilla constatar la rapidez con que asumimos los cambios en nuestra generación y la velocidad con la que sumamos conceptos y vocablos a nuestra cultura y experiencia. No sólo nosotros, insisto, sino también nuestros mayores.

 

Porque lo cierto es que cuando nos paramos un poco a pensar, nos damos cuenta de que no es tan cierto eso de los conflictos generacionales. Al menos, no en lo relacionado a los placeres, los gustos y las cosas compartidas. Así, cuando hoy decimos amor, cariño, tradición o cosas más prosaicas como gazpacho, sándwich o napolitana todos evocamos más o menos las mismas cosas que las personas de hace 5, 20, 50 y 100 años.

 

Hace ilusión y da un poco de vértigo pensar que lo mismo ocurre si en Madrid se le menciona a cualquier citadino el nombre de Viena Capellanes. El que más y el que menos tendría algo que evocar, algún recuerdo familiar, alguna celebración o aniversario o alguna tradición como la de comprar sándwiches para comerlos en el coche camino de las vacaciones veraniegas. ¡Que levante la mano y se sume a nuestros seguidores de Facebook quien comparta ese u otro recuerdo con nosotros! Un número que, con sólo imaginarlo, ya provoca vértigo y orgullo.

 

Esa reciprocidad entre clientes y trabajadores, ese cúmulo de historias que se siguen entrecruzando a través de los años, se refrenda una vez más en las redes sociales. También aquí, en un espacio virtual, las relaciones entre Viena y sus clientes (a los que se debe sumar la curiosidad de historiadores que no saben resistirse a posar su curiosidad en más de un siglo de vida empresarial en una ciudad emblemática), se siguen forjando sin reserva alguna.

 

Tan grande es una empresa, como grandes son sus clientes. Y en ese sentido, Viena Capellanes no puede más que sentirse muy afortunada. Hasta en le web, la cordialidad y la fidelidad siguen siendo sus mejores aliados.

 

Gracias a esos 1000 seguidores que nos aportan tantas razones para celebrar y tratar de hacerlo cada vez un poquito mejor.