Regalos publicitarios

Somos muchos los que estamos algo cansados de la cantidad de publicidad que aparece en diarios y revistas y de los regalos promocionales que éstos incluyen y que la mayoría de las veces terminan en el cubo de la basura.

Pues bien, tenemos un culpable de ambos inventos: el señor James Walter Thomson, que fue el fundador de la primera agencia de publicidad en Estados Unidos a finales del siglo XIX. La idea de insertar anuncios en los diarios no fue muy bien acogida al principio pues los directores de los periódicos consideraban que restaban credibilidad a las noticias. No obstante, las revistas fueron aceptándolo, al punto de que en poco tiempo éstos se convirtieron en la principal fuente de ingresos para las más importantes del país. Siguiendo su estela, los diarios se fueron sumando cuando comprendieron que era una oportunidad de negocio.

A principios del XX era una práctica extendida en España y anuncios diversos de Viena Capellanes aparecían con frecuencia en la prensa nacional. De entre ellos, me llama la atención uno que decía: “Todo Madrid lo dice: los más deliciosos y aromáticos cafés son los que vende Viena Repostería Capellanes” y luego, con toda la chulería del mundo, al publicista de Viena se le ocurrió la magnífica idea de añadir que no se daban regalos con el café para que no desmereciera la calidad del producto o que lo terminaran pagando los clientes.

¡Qué lástima que no conozcamos al responsable de la publicidad de la empresa en aquellos años! ¡Merecería que su nombre apareciera al lado del de James Walter Thomson! De un plumazo, consiguió aprovecharse de la moda de los regalos sin gastarse ni un duro.