Privilegios de invención

Como sabéis, Matías Lacasa y Ferrer obtuvo privilegio de introducción del pan de Viena en Madrid en el año 1873. España estrenaba el modelo republicano y la firma de la concesión del privilegio es la de Pi y Margall.

En el Archivo Histórico de la Oficina Española de Patentes y de Marcas conseguí revisar el expediente gracias a la ayuda de Francisco Hernández Izquierdo y averigüé cosas muy interesantes sobre la fabricación del pan y sobre los orígenes de Viena Capellanes. Por ejemplo, descubrí que Matías Lacasa llegó a fabricar este tipo de pan en sucursales que abrió en Sevilla y en Barcelona. Aún no he localizado dónde exactamente, pero me comprometo desde aquí a emprender la investigación. Por cierto, agradecería cualquier pista que pudierais darme al respecto.

Pues como os decía, descubrí también que el pan de viena no podía fabricarse más que en invierno porque la levadura venía desde Alemania y con el calor se estropeaba, así que el resto del año había que conformarse con otros tipos de pan. Quizás también por eso se consideraba una delicatesen. Las cosas buenas, ya se sabe, se hacen esperar.

El privilegio de introducción y exclusividad en la fabricación le fue concedido a Lacasa por cinco años pero la inestabilidad política de aquellos años se manifestó a través del cantonalismo, el carlismo y los conflictos derivados de la guerra de Cuba. Todo ello dificultó que la vida comercial se realizara con normalidad y por eso en 1877, el comerciante solicitó una prórroga por cinco años que le fue concedida el día 16 de agosto de ese mismo año. Los madrileños, los barceloneses y los sevillanos pudieron volver a comer pan de Viena Capellanes pero, eso sí, tuvieron que esperar a que pasaran los calores estivales.